Cada mañana sin persarlo estoy de nuevo pensándote, como cada vez que me pierdo en el recuerdo de tu voz, en el recuerdo de esas miradas que me consumen, en ti.
Cada mañana sin pensarlo estoy de nuevo reconstruyendo esa primera vez que te vi, y sentí esa extraña y dulce sensación y tú sin advertir mi presencia, te seguí con la mirada.
Cada mañana sin pensarlo recuerdo esa primera vez que se cruzaron nuestras miradas, nerviosa estaba, y tú como si nada.
Cada mañana sin pensarlo recuerdo esa noche tormentosa en la que me enamoré de ti, porque cada día es un día para enamorarme de ti.
Cada mañana sin pensarlo recuerdo como odiaba penar en lo que sentía por ti, sin aceptarlo, sin querer reconocer que tu me robabas el aliento descaradamente desde la primera vez.
Dedo aceptar que tenias razón cuando decias que sería tuya, que me enmoraria de ti locamente, antes de que pensaras eso, tú ya ocupabas mis pensamientos cada noche.
Y cada mañana, como hoy, estas aquí sin estarlo.
Estas en mis pensamientos, eterno e ineludible.
Como cada mañana, hoy te pienso.
Cada mañana sin pensarlo estoy de nuevo reconstruyendo esa primera vez que te vi, y sentí esa extraña y dulce sensación y tú sin advertir mi presencia, te seguí con la mirada.
Cada mañana sin pensarlo recuerdo esa primera vez que se cruzaron nuestras miradas, nerviosa estaba, y tú como si nada.
Cada mañana sin pensarlo recuerdo esa noche tormentosa en la que me enamoré de ti, porque cada día es un día para enamorarme de ti.
Cada mañana sin pensarlo recuerdo como odiaba penar en lo que sentía por ti, sin aceptarlo, sin querer reconocer que tu me robabas el aliento descaradamente desde la primera vez.
Dedo aceptar que tenias razón cuando decias que sería tuya, que me enmoraria de ti locamente, antes de que pensaras eso, tú ya ocupabas mis pensamientos cada noche.
Y cada mañana, como hoy, estas aquí sin estarlo.
Estas en mis pensamientos, eterno e ineludible.
Como cada mañana, hoy te pienso.